COLEGIO CARMELITANO BELLO

En el principio - Enero 10 de 1968 - el señor Gustavo Zapata en unión con Magdalena Suárez y María Elena Sierra todos bachilleres, del Colegio Parroquial Jesús de la Buena Esperanza, a finales del año de 1967. Se dieron a la tarea de formar un colegio en la parroquia con el fin de preparar a los jóvenes en especial a las mujeres y a la vez ganarse algunos pesitos para costear los estudios Universitarios pues Magdalena y María Helena se encontraban deseosas de prepararse para un futuro mejor, y así romper con el paradigma de que las mujeres servían únicamente para cocinar, hacer en el hogar y tener un buen numero de hijos y nada más
Los tres proponentes charlaron con el padre Argiro Ochoa sobre el proyecto, el cual les aprobó la idea.
Comenta la Docente María Helena Sierra: "Nos reunimos con los directores de las diferentes escuelas del sector, los cuales parecieron un poco pesimistas con la propuesta, por esta razón elaboramos una encuesta de opinión, la cual nos dio una respuesta positiva y aproximadamente en febrero de 1968 iniciamos inscripciones para los grados primero, segundo , tercero y cuarto de primaria.
Las inscripciones se realizaron en el salón contiguo a la salida derecha de la Iglesia (cripta actual)".
Las inscripciones se realizaron en el salón contiguo a la salida derecha de la Iglesia (cripta actual)".

Cabe anotar que antes se acordó con la directora de la escuela Rosalía Suárez, que si por algún percance las niñas del Carmelitano no fueran certificadas como estudiantes, serian respaldadas por dicha escuela.

Todo ha salido a pedir de boca: Le comentamos el resultado de la inscripción al Padre Argiro Ochoa, el cual nos dijo: " Júntense y trabajen en los locales de la cripta; hagan de ellos salones de clase mientras que readecuamos los de la escuela Juan XXIII"; así se hizo, y ocupamos los locales donde están hoy el antiguo laboratorio de Física y Química del Carmelitano y el preescolar". Comenta la Docente Fundadora Magdalena Suárez.

Después de adecuar los salones empezó a funcionar con los cuatro primeros grados no sin antes llamar a otras personas como profesores; los directores de grupo quedaron así:

La docente María Elena Sierra en los primeros años de funcionamiento del colegio Carmelitano hizo el papel de profesora, secretaria y tesorera.
La institución educativa del Carmelitano en el comienzo fue para damas, y por los años 70, empezó a crecer conformándose los grupos de quinto de primaria y primero de bachillerato (Hoy sexto) para dar cabida a estos grupos comienza la readecuación de los antiguos salones de la escuela Juan XXIII; por esto se convoco a los estudiantes y padres de familia con el fin de realizar diversas actividades como: Bailes en las casas de alumnas, empanadas y aportes de la Iglesia.

Con la plata que se recogió se empieza a echar plancha a los techos de eternit con que contaban los salones del la antigua escuela.
Para hacerse cargo de los nuevos grupos se llamo a otros educadores como Ana Rosa Ortega, Obdulia Muñoz, Luz Silvia Idárraga; además se llamo a doña Joaquina Osorio que era la encargada de dictar clase de costura y croché a las alumnas.
La institución empezó su camino al crecimiento, por esto también había que fortalecerla con su bautizo jurídico razón por la cual se empezó a actuar en ese sentido, comenta la educadora María Helena Sierra... "Fue así como pedimos la visita del supervisor de secretaria de educación, y nos enviaron a dos visitadores, entre ellos un señor Gilberto, estas actas deben de aparecer en los archivos del colegio Carmelitano.

La mayoría de las profesoras estuvimos en el colegio hasta 1970 cuando el padre José Antonio Carvajal decidió cambiar la planta de profesores por otras educadoras (normalistas).

La mayoría de estas educadoras salieron del colegio Carmelitano y se colocaron en otras instituciones educativas, pudieron continuar con sus estudios superiores y hoy por hoy son profesionales, muchas de ellas gozando de un merecido descanso.

Pero aquí no acaba la historia del colegio Carmelitano, a partir de 1970 empieza su periodo de consolidación llevado a cabo con mucho esmero y orgullo por su planta de educadores, alumnos y párrocos que se han desempeñado de rectores... y¡ sigue la historia!