viernes, 18 de enero de 2013

DESASRE EL SALADO BELLO


RESUMEN DE NOTICIAS
LA NATURALEZA NOS COBRA LO QUE LE HACEMOS...


La sociedad que la humanidad organiza proviene de la naturaleza, en la lucha por  someterla y servirse de ella, en un continuo desarrollo de la lucha de clases una constante investigación científica y técnica.  En la actualidad, en esta sociedad individualista , la naturaleza no esta puesta al servicio de la humanidad, sino puesta al servicio de unos individuos que tienen intereses por acumular mas y mas riquezas, ya sea a costa de destruir la vida humana (crea la guerra), y el torno natural;  truncando así las condiciones temporales que ha posibilitado la existencia de la sociedad humana sobre la tierra.

Es que los unos para acumular mas, y los otros para poder sobrevivir realizan lo que sea destruyendo árboles, consumiendo las selvas; agotando las fuentes de agua, explotar sin misericordia los terrenos arenosos y mineros, destruyendo la capa de ozono (las grandes industrias) causando efectos como el trastorno del régimen de vientos y lluvias, el deslizamiento de terrenos, causando el desbordamiento de quebradas y ríos, entre otros fenómenos.

Es que en cuanto se cometen tantos desafueros con la naturaleza, esta, tarde que temprano, pasa la cuenta a sus depredadores.  Un ejemplo vivo de cómo la naturaleza  pasa la cuenta lo vemos en los hechos sucedidos en los Estados Unidos (2005) con el Huracán Katrina y Rita; lo mismo en centro América,  en Asia con el Tsunami, y en Bello con el desbordamiento de las quebradas del Hato y el Barro. 


El DESASTRE DEL SALADO
El área afectada por el desastre fue el SALADO – El ESPEJO (1.500 m s n m) colindante  con la vereda Hato Viejo y el barrio la Primavera, que antiguamente se llamo el Salado, debido a que en dicho lugar se encontraba una fuente de agua salada, la cual era bebida por el ganado.
Aproximadamente hasta 1.987 (cuando el trapiche de caña se incendio), la ladera de la montaña se encontraba cultivada en caña de azúcar la cual era elaborada en panela, que se hacia en el trapiche que se sitúo unos metros mas arriba del charco de la sardinera. Las areneras no existían: el agua era cristalina, hasta se podía tomar para apaciguar la sed de los paseantes y jugadores de fútbol que frecuentaban dicha manga.
Pero desde 1.987 en adelante desapareció la caña de azúcar y muchos cultivos pan coger, para dar paso por los nuevos dueños a la explotación de dichos terrenos arenosos, desde el pie de la montaña hasta su punto medio para comercializar dicha arena debido al auge de las construcciones, tanto en Bello como en el área metropolitana, contribuyendo claro esta, al deterioro ambiental de la zona.

El ARROYO: El día 06 de octubre de 2005, los habitantes de la vereda el Salado, el Espejo pertenecientes al municipio de Bello, escucharon el ruido de una avalancha que se inicio en el altiplano de ovejas, corregimiento de San Felix a 2.600 m s n m, de un afluente de la quebrada el barro que desemboca en la parte urbana –Puente el Trapiche– a la quebrada la García (hoy en estado de coma).

Que Paso. EL día estuvo opaco y lluvioso: Un cúmulo de nubes se estaciono lento pero preciso, aproximadamente a las 3 pm, por la vereda Tierra Adentro, largándose un torrencial aguacero, propiciando que los trabajadores del campo y las areneras suspendieran el trabajo y  se escamparan en las chozas o en las casas mas cercanas. El morro quitasol testigo mudo de dicha desgracia se observaba cubierto de nubes blancas mientras en la ciudad caía un aguacero sin piedad. La cotidianidad de un día lluvioso izo que la gente en las calles se guardase en los locales públicos y comerciales y viendo a los pocos automotores circular lento y cuidadosos  para cumplir su misión, nada podían presagiar.
La tarde avanzaba hacia las ultimas puntadas del día, los agricultores y los paleros de las areneras pensaron que dejaría de lloviznar, pero no lo fue, tuvieron que interrumpir sus quehaceres para otro día continuar, nada podían presagiar.
Igualmente en las industrias no paraban de producir y muchos trabajadores que laboraban durante el día se acercaban a los hogares para disfrutar de un merecido descanso y nada podían presagiar. Seguía callando agua: la quebrada el barro, el hato y la garcía aumentaron su volumen, haciendo intuir a los habitantes de los barrios aledaños hechos inusuales que de pronto traerían alguna mortandad.



EN LA CIUDAD ESCAMPABA:

Cuando las cinco p.m. se puntualizo, por la vereda tierra dentro de nubes se limpio trasladándose cual manada de palomas para posar en el filo de la montaña occidental entre la vereda Hato Viejo y el corregimiento de San Félix, por donde nace la quebrada el Barro.
La nube marina, como la nombro varios de los afectados se desgranaba en gotas gruesas de agua que alimentaba más y más el volumen de las quebradas la Mita y San Félix, formándose una represa debido,  a que unos meses atrás hubo un derrumbe que las tapono, desbordándose ese día a las siete de la noche, dando como resulto una avalancha de escombros, arena, rocas y árboles desechos que en su loco recorrido devasto las viviendas más cercanas al lecho del riachuelo.

Por dicha hora en la cancha de microfutbol del barrio la primavera, rodeada de  árboles, el viento acuoso los doblaba, pero unos muchachos que jugaban a esa hora  con recelo los miraba y haciendo poco caso no paraban de jugar, demostrando así su extraordinaria plenitud. A las siete y treinta, cuando se había consumado la tragedia, los jóvenes ya cansados y mojados por las casas tuvieron que optar. En el recorrido vieron como los habitantes del salado y el espejo salían, como podían a denunciar la tragedia, el miedo se apodero de las gentes de los barrios mas cercanos y de toda la ciudad, se acrecentó el pavor estimulado por que en esos días los medios de comunicación informaban noticias de desastres causados por el huracán Rita y Katrina en Norte América las inundaciones en Centro América y otros huracanes que destrozaban las antillas.
La policía, la defensa civil, mal equipados todos, subieron al lugar del desastre aproximadamente a las ocho y veinte, de inmediato se unieron a los vecinos del lugar dándose a la tarea de auxiliar a los sobrevivientes trasladándolos a la escuela la primavera, y a recuperar a los cadáveres.
Mientras los socorristas rescataban el cuerpo sin vida de Camilo Andrés, de Bernardo Cifuentes y Diego Fernando Zapata, que los amigos y familias no los volvieron a ver, la escalofriante noticia del rompimiento de la represa de Fabricato, ya hacia parte de la mente de las personas que con gran espanto corrían sin dirección anunciando la tragedia por doquier la nefasta noticia del rompimiento de la represa de fabricado, ocasionando gran pánico en la mayoría de la población de la ciudad.
Entonces se vio gente por todas partes con niños cargados, otros en paños menores con gatos, perros y hasta loros en busca de un lugar para sentirse a salvo. Era tanta la confusión que algunos mas no vieron sino otro valor para salvar, que no fuera sino equipos de sonido, computador o calentador, por si de esta se salvaran no volverlos a comprar a un nuevo vendedor.
De nuevo la noche seguía su recorrido hacia el encuentro con el sol. bajo las pocas estrellas en el firmamento, las personas en la zona del desastre seguían oliendo a lodo y otros lo notaban como azufre. La luz eléctrica se fue. Los socorristas no paraban de auxiliar  a las personas en la situación;  se vio sacar a un señor atravesado con un palo en el cuerpo, después sacaron a Mónica, a Javier el arenero, que con toda su familia pararían en un mismo entierro.

Algunos lograron escapar de la muerte por que al sentir las primeras explosiones de las piedras entre sí, salieron a prisa de las casas para protegerse en las partes altas. Aconteció también, que otros de buenas sufrieron contusiones en algunas partes del cuerpo, como don Gustavo que sin dientes se quedo, debido a que una piedra en la cara lo golpeó. Y sucedió tal chaparrón que las casas más alejadas del riachuelo crecido, se llenaron de lodo, llegándoles hasta cubrir a sus moradores, un poco más a bajo de la cintura, anegando también enceres domésticos y alguna insectívora criatura.               

Y sobrevino también atasco en las estaciones del metro, la gente corría hacia ellas para buscar la forma de escapar; estaban repletas las escaleras, el puente de acceso, los que venían del sur no podían salir porque las puertas permanecían cerradas. Afuera, la multitud, pedía que las abrieran para poder entrar, a dentro se pedía lo mismo, la incertidumbre duro hasta que se abrieron las puertas de las estaciones y automáticamente se armo tropel de gente chocando entre si en su rauda carrera.
No fue diferente en el centro de Bello; el parquecito Andrés Bello y la avenida Suárez estaban copados de almas que esperaban la veracidad del rumor y en el parque Santander al frente del palacio de gobierno otra manada pedía protección de un lugar a donde ir.
Se obligo a los transportadores de Bellanita, Hato Viejo y otra clase de transportadores para que sacaran a los despavoridos de la ciudad, resultando en esa noche, familias enteras en la  Avenida Oriental de Medellín, en las partes altas del barrio las Cabañas y el Mirador.

El morro de la Meseta no fue exento de gente de los barrios más aledaños.
Todo era confusión porque la gente no conoce los fenómenos que suceden a su alrededor, es incomprensible que la gente se vaya de este mundo sin ton ni son sabiendo que todo se puede prever y prevenir,  comento un espectador.
 Presta la noche a sucumbir, los rescatistas continuaron con la búsqueda de otros cadáveres y siguieron en la atención de los sobrevivientes. Los primeros cadáveres fueron responsados el día siete de octubre por el padre Rodrigo David en la iglesia del Sagrado Corazón de la primavera; el grupo mas numeroso se les realizo la ceremonia fúnebre en el templo de Nuestra Señora del Rosario.

En los días siguientes de la tragedia los habitantes del centro de la ciudad subieron en romería para observar los restos del desastre y entregar solidaridad material al damnificado. S e hicieron presentes las autoridades Municipales, las Departamentales y el Señor Presidente Álvaro Uribe Vélez, prometiendo ayudas.

Días después fue encontrado en el río Porce, por los lados del Municipio de Amalfi, el cadáver del señor Rodrigo Jaramillo, mas conocido como varilla, que por muchos años colaboro en la parroquia del Carmen y patrocino equipos de microfutbol en clubdecar.




 
Fueron cuarenta y un muertos, en su gran mayoría, personas sencillas, como pequeños agricultores, areneros, paleros y artesanos con escasos recursos económicos, algunos inmigrantes de otras regiones de Antioquia venidos al sector a causa de la violencia de las últimas décadas.

Para que sucediera dicho desastre socio cultural, se juntaron varios factores:

a.  La deforestación de las serranías de las Baldías, que es la estrella hídrica donde nacen parte las quebradas de Bello, en limites del municipio de San Jerónimo que son de propiedad particular; de igual manera al deterioro del entorno por donde corren dichos afluentes.   

b. La incapacidad de Corantioquia y el Área Metropolitana para la prevención de desastres. El ejercicio real de la autoridad ambiental esta de deteriorada por intereses que no corresponden a la función de cuidar el entorno natural.

c. En Bello no hay políticas claras de reforestación  y de un tratamiento adecuado para con la explotación de la areneras; le corresponde al Estado y a los dueños de
dichas areneras de la zona la reforestación.






La verdad nos hara libres